BILL GATES – Los garajes y la sociedad incubadora de talentos

Más de 200 años  tiene la Oficina de Patentes y Marcas de EEUU, que desde el inicio de esa nación promueve el progreso de las ciencias y las artes, y en ella está gran parte de su historia. Los inventos han hecho millonarios a algunos -Bill Gates  jubila a los 53 años para dedicarse a la educación y al Sida en Africa- , otros se quedan con sólo una pequeña pensión, pero independiente de la recompensa, los innovadores tienen en común un entusiasmo por  el proceso creativo.

Bill Gates inició sus investigaciones en un garaje, como muchos innovadores en EEUU.  Los garajes son un emblemático recinto de la sociedad norteamericana, con el canasto de basketball en el exterior,  la puerta levadiza  y las herramientas colgando en las paredes con una pulcritud que, sin duda, deja huellas que marcan el carácter de los niños. Porque esos garajes, como antes los graneros, hablan de padres que se arremangan las mangas, y donde el concepto de “do it yourself” es un principio de vida. Se calcula que el 52% del crecimiento de EEUU desde la II Guerra Mundial provino de los inventos, muchos de ellos aportados por inmigrantes europeos con cero capital, pero incentivados por una actitud social hacia en individuo creativo.

Desde Benjamin Franklin o un siglo después con Thomas Edison, los inventores han hecho de EEUU una sociedad de oportunidades y de avances. Ellos no esperan  mucho del Estado, tampoco de un golpe de suerte, sino que trabajaban incansablemente con la seguridad de pertenecer  a una sociedad que valora el emprendimiento. Y el rol del gobierno para asegurar la continuidad de la innovación ha sido promover una oficina de patentes fuerte y ágil, porque sin  proteger la propiedad intelectual no se puede estimular a una persona a invertir años en desarrollar una idea.

Bueno, de esos garajes salieron visionarios como Steve Wozniak, inventor del computador personal y cofundador de la empresa Apple Computer, quien ha explicado  que desde niño leía sobre inventores y quería convertirse en uno. Hoy ya es leyenda cómo él y Steve Jobs armaron los primeros computadores  Apple en un garaje de California.

Bill Hewlett y Dave Packard gestaron HP -una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo-  en otro garaje que ha sido declarado lugar histórico en EEUU. Y en 1998 los estudiantes Larry Page y Sergey Brin  tenían la idea de crear un buscador de Internet que funcionara mediante un complejo algoritmo. En un garaje de la Avenida Santa Margarita en el sur de San Francisco incubaron Google…y lo demás ya es historia.

Son innumerables los ejemplos y uno se pregunta qué tiene EEUU que inspira a tantos innovadores. La clave está en un ambiente social que estimula desde niños un interés personal hacia la creatividad. Ojalá en Chile, tras tanto discutir sobre educación e innovación, logremos el ambiente para que aparezca al menos un Bill Gates por generación…y para que nadie se ría si ve a alguien craneando por horas sobre una loca idea.