La elección presidencial encuentra a EEUU sumido en una de las crisis más complicadas de su historia. Creo firmemente que no se trata de una crisis sólo financiera, sino de un síntoma de algo mucho más profundo, relacionado con un deterioro de lo que es (era?) la esencia de esa nación.
Sus laboriosos colonizadores fueron minorías religiosas perseguidas, que a pesar de sus diversos orígenes lograron ya en 1776 su independencia, y sólo 11 años después ratificaron en Filadelfia la misma Constitución que los rige hasta hoy. Siempre he destacado ante mis alumnos universitarios que esa es toda una proeza de estabilidad política, base de su progreso. El ideario democrático y de igualdad de oportunidades de EEUU fue tan adelantado, que tuvo una influencia relevante en los enciclopedistas europeos y en la Revolución Francesa de 1789.
Los principios que inspiraron el carácter norteamericano y promovieron su desarrollo están plasmados en el famoso “Farewell Adress” (discurso de despedida) de su primer presidente, George Washington, quien aconsejó a sus conciudadanos no involucrarse en guerras inútiles, no endeudar a la nación, y a “ejercer la honradez, una máxima aplicable a los asuntos de los individuos como a los de las naciones”.
No puedo imaginar un contraste más grande entre ese ideario y el actual estado de cosas en EEUU. El presidente Bush faltó a la honradez cuando expuso los motivos para invadir Irak. Tampoco se siguió el consejo de no endeudarse. Desde Greenspan a Paulson, todas las autoridades económicas por años obviaron lo que cualquier estudiante de economía podría observar: que EEUU estaba sobre endeudado, a nivel de personas y de Estado.
El legado de laboriosos campesinos e industriales que valoraban el esfuerzo, la postergación de recompensas y el ahorro, fue abriendo demasiados espacios a la especulación. Sucesivos gobiernos estimularon instrumentos financieros poco transparentes. Y si bien es cierto que en forma cíclica en el mundo estallan burbujas financieras, eso no exime la perniciosa actitud de Greenspan y de las estatales Freddie y Fanny, ni la incapacidad de Paulson, ni exculpa a ciertos especuladores de Wall Street que tras el daño ocasionado se van ricos para la casa, con todo el mensaje subliminal que eso implica. Cómo se educa en la honradez después de ese espectáculo?
El deterioro de la imagen de EEUU es grande, pero más grave es el menoscabo de su esencia. Porque el abuso y voracidad sin límite de algunos, está desprestigiando un sistema completo de libertades, que permitió un gran progreso personal y social, y que acogió a millones de inmigrantes.
Por eso veo esta elección como crucial. EEUU necesita un presidente que se transforme en un líder capaz unir a la nación para terminar con la especulación y el endeudamiento irresponsable, y retomar la tradición de esfuerzo, ahorro y honradez que le legaron sus antepasados.