Estoy en Nueva York en momentos en que EE.UU. ha elegido Presidente a Barack Obama. La actitud cívica de los norteamericanos me vuelve a impresionar. Han vivido un proceso histórico, porque llega a la presidencia el primer afroamericano y EE.UU. sufre una crisis económica enorme. Sin embargo, la gente sigue tranquila en sus actividades. Es esa madurez política la que le ha dado estabilidad a esta nación por más de dos siglos de elecciones ininterrumpidas.
Mientras vivo este proceso histórico en EE.UU., me entero de que en mi patria ha sido asesinado Diego Schmidt-Hebbel, un joven chileno esforzado y cariñoso, hijo de un querido amigo. En Nueva York, donde camino tranquila por las calles, se aplicó tolerancia cero a la violencia delictiva, y así se recuperó la paz en una ciudad que fue famosa por su inseguridad.
El derrotado candidato republicano, John McCain, expresó un discurso de elevados conceptos. Llamó no sólo a honrar el voto, sino a apoyar a Obama. Realmente va a necesitar ayuda el nuevo Presidente. Recibió un voto transversal, pero sobre todo de las personas más postergadas de la sociedad. No hay nada más complicado en política que generar grandes expectativas frente a un sinfín de problemas de interés masivo como salud y educación, y también más globales, como la guerra en Irak, el colapso financiero y el desarrollo de energías limpias, tema en el que EE.UU. no está liderando como debiera -impacta constatar el derroche energético en Nueva York.
En definitiva, se espera de Obama conducción. Barack Obama ofrece devolver el poder a los ciudadanos. No habla de aumentar el Estado, aunque eventualmente suba impuestos, y con eso sí podría incrementar la injerencia estatal. Pero lo interesante es que conceptualmente no habla de agrandar el Estado. Ofreció un gobierno que no tratará de resolver todos los problemas, sino sólo aquellos que por su naturaleza no puedan ser solucionados por los propios ciudadanos. Es lo que se denomina Estado subsidiario.
Gran parte de la estabilidad de EE.UU. se debe a lo arraigado que está ese concepto en la sociedad. Se inicia ahora el interesante capítulo en que su 44 Presidente es un hombre llamado Barack Hussein Obama. El tiempo irá demostrando si será recordado sólo por haber llegado a la presidencia desde su humilde origen, o por el ejercicio de ella. Los ciudadanos, como dijo McCain, deben honrar el voto. Ahora le toca al nuevo Presidente honrar el cargo.