Europa y EEUU deben terminar con los especuladores

Durante demasiado tiempo nos hemos dedicado a evaluar la sociedad sólo desde una perspectiva económica, antes marxista o capitalista, hoy como mercado global con una cultura universal de consumidores. Tendemos a hacer una interpretación  económica de los cambios históricos.

Mala cosa. Porque mientras estamos adormecidos  mirando cifras de corto plazo, unos pocos están lucrando con nuestros ahorros, nuestros destinos y nuestros sueños de una sociedad mejor. Ciertos actores como el banco especulativo Goldman Sachs obtienen siderales ganancias en forma indignantemente poco honrada, amenazando el trabajo y los ahorros de millones de ciudadanos.

Son tiempos difíciles. Tras la debacle de Wall Street, surge ahora el desorden económico europeo y la inestabilidad del Euro. Lamentable, porque por primera vez, desde la Segunda Guerra Mundial, había surgido otra moneda universalmente aceptada para pagos y ahorros.  La supremacía del dólar durante 50 años se había mantenido a pesar del insostenible déficit en EEUU, el mayor deudor del mundo. Hacía falta el contrapeso que representa el Euro, con todo su significado político además de económico. Bastó  que el Euro influyera para que se dejara sentir un radical cambio en el sistema internacional. Pasamos de la llamada “Pax Americana” unilateral impuesta por el dólar, hacia una bipolaridad dólar-euro, a la que se está sumando una creciente canasta asiática.

En 1999, año de su nacimiento, el Euro representaba casi el 18% del total de monedas, y el dólar el 71%.  En diez años, el Euro pasó al 26,5%, ganando un 8,5% de espacio como reserva internacional, cada vez más utilizado por los bancos centrales para diversificar sus reservas de divisas.

Pero hay intereses afectados. Algunos resienten que numerosas naciones y portafolios privados migren hacia el Euro buscando refugio y diversificación, lo cual hace menos controlable las finanzas para especuladores como Goldman Sachs, acostumbrados a tener una sola moneda dominante. El cargo de Secretario del Tesoro en EEUU es ocupado siempre por gente de Goldman Sachs, como Henry Paulson, Robert Rubin, Larry Summers y el actual Timothy Geithner, al punto que  la Secretaría del Tesoro es llamada “Goldman Sachs Sur”.  Conflicto de interés mayúsculo.

Una vez más, como el cuervo que acosa al animal herido, Goldman Sachs apareció seleccionando a los gobiernos más  populistas de Europa –como antes a las empresas más endeudadas de Wall Street- ofreciéndoles gestionar millonarios créditos disfrazando deudas y cifras de Grecia y otros países, tal como lo hace con empresas. Lo que sigue es historia conocida, los ahorrantes pierden, los especuladores ganan, y gobiernos decentes como el de Angela Merkel se ven sacudidos.

Lo he dicho muchas veces en estas columnas: es odioso que por el abuso de algunos especuladores privados y gobiernos populistas, se altere el sistema de economía liberal que hasta en China se acepta hoy como apropiado para superar la pobreza. Sin desafíos ideológicos relevantes, las actuales crisis económicas son de responsabilidad exclusiva de quienes, dentro de él, lo desvirtúan a costa de tradiciones no económicas indispensables como la honradez y el respeto por la propiedad honesta.