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Los Kirchner y el poder

Al iniciarse con complicaciones el período presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, surgen preguntas. Para Chile, la principal es si se resolverá la mal administrada situación energética. Ya asegurado el poder, tal vez la señora Kirchner se decida a sincerar la inflación y terminar con los precios populistas, que no reflejan los costos e impiden la producción de energía.Se dice que ella tiene bastante más comprensión que su marido de la importancia de las relaciones internacionales y vecinales.

Habrá que observar cómo actuarán ahora personajes cuestionados como el ministro Julio de Vido, tan irrespetuoso con las autoridades chilenas durante la crisis del gas, quien fue ratificado a pesar de sus oscuros manejos de poder que criticó  la oposición de su país. También será revelador cómo se vinculará la señora Kirchner con Hugo Chávez, cuyas dádivas aceptó su marido. La especial relación Kirchner- Chávez está complicando a Argentina con otros actores relevantes de nuestra región y EEUU.

Pero la gran pregunta es si esta nueva forma de sucederse de los Kirchner será episódica o permanente. Si se inclinarán por el poder hereditario, o por el mandato con límite temporal que caracteriza a las democracias republicanas.

El ex presidente, él, nominó a su señora como candidata y ella obtuvo un importante 45% de los votos, producto de la gobernabilidad lograda tras años caóticos y del ciclo de precios altos de las exportaciones. Pero también se debe a que Néstor Kirchner organizó una concentración del poder imbatible. Un Congreso obsecuente le permitió gobernar con decretos en vez de leyes; pudo influir en la designación de jueces al controlar el Consejo de la Magistratura;  y mediante los “superpoderes” manejó a las provincias, que dependen del reparto del gobierno a pesar de que teóricamente Argentina es federal. Toda una maquinaria de poder.

La Constitución de 1994  prohíbe tres mandatos presidenciales consecutivos.  El tiempo dirá si el de Cristina Fernández deberá ser considerado como un nuevo mandato o una especie de reelección Kirchner, y cuántas veces se podrá usar esa fórmula de sucesión. Son preguntas que en una verdadera república hay que hacerse.

Una Constitucion republicana  siempre fija plazos y sistemas precisos. EEUU nunca se ha saltado el orden de los períodos presidenciales en más de dos siglos. Brasil y EEUU permiten una sola reelección seguida, mientras Chile, Uruguay y México no aceptan reelecciones consecutivas. Cada república fija sus plazos y sistemas, pero no existe el de los Kirchner de nominarse y reemplazarse el uno al otro casi como en una dinastía. Para la estabilidad democrática de largo plazo se  requieren instituciones sólidas, no subterfugios para aprovechar una popularidad momentánea.

Como también requieren sólidos compromisos los acuerdos internacionales, algo que Néstor Kirchner nunca comprendió. No computó que el mundo ha avanzado hacia los mercados globales, en los que todos pueden ganar en la medida que no se  “reinterpreten” los acuerdos. Chile y Argentina están llamados a progresar juntos en tantos temas de futuro como energía, agua, Antártica. Es de esperar que la señora Kirchner tenga una mirada más moderna y visionaria que su marido.

La oposición es clave para la democracia

En Latinoamérica se suele criticar el desempeño de los gobiernos por su ineficacia y altos índices de corrupción. Pero el tema es aún más complejo. Lo que tampoco funciona bien es el rol de la oposición, que en  países donde la democracia es estable, tiene tanta responsabilidad como las autoridades que ejercen el poder.

El tema es fundamental, y se puede deducir el grado de cultura cívica de una nación por el equilibrio entre el gobierno de turno y la oposición. En Inglaterra el Estado le otorga un muy buen sueldo al líder de la oposición, precisamente para que se oponga. Lo más intrínseco de una democracia y del liberalismo político es el concepto de que ningún  poder puede considerarse absoluto. De hecho, se diferencia Estado de gobierno. Y los derechos de las personas no pueden ser desconocidos por una mayoría circunstancial.

Por eso la derrota de Hugo Chávez en Venezuela frente a la oposición es un tema que deberá ser observado atentamente, para ver en qué se traduce el rechazo de sus opositores a los cambios constitucionales que propiciaba el mandatario para aumentar su poder.

Un gobierno democrático, por muchos votos que haya obtenido originalmente, en su ejercicio  debe buscar un equilibrio: debe ejercer la autoridad, y al mismo tiempo  garantizar las libertades personales.  De eso se trata gobernar. Para eso se ampara en la ley, que existe para garantizar un balance  entre las libertades de unos y otros.

El espíritu de un régimen verdaderamente democrático es evitar que la mayoría aplaste a la minoría. No debiera haber derrotados tras una elección, y en las democracias anglosajonas eso se logra porque los que pierden tienen derechos constitucionales a seguir expresando sus ideas en cada materia, e influir así en la marcha del país.

EEUU, que suele cometer tantos errores en política exterior, en su sistema democrático es muy interesante. Su estabilidad le ha permitido tener una  misma Constitución desde su Independencia. En ella se garantiza una gran división de poderes. Todo apunta a que quienes pierden una elección no sean derrotados, es un sistema esencialmente subsidiario, representativo y apolítico.

En nuestros países, con deficiente cultura democrática, la oposición tiene un rol muy disminuido. Por eso las elecciones son un drama, se pierde todo o se gana todo. Mart Laar,  ex Primer Ministro de Estonia invitado a la ENADE, explicó cómo ese país que se liberó del comunismo soviético logró una sinergia que lo catapultó al progreso.  Cuando nuestras democracias desarrollen instituciones sólidas que den espacios a los talentos que por mayorías circunstanciales no lograron llegar al gobierno, se creará una suma con la oposición como han hecho Estonia, Finlandia y tantos otros, y se entrará a la senda verdadera del progreso.

Japón no respeta el santuario antártico

Retoma la caza de ballenas en peligro de extinción, desafiando moratoria de 1963.

Japón desafió de nuevo a la comunidad internacional. Hace unos días inició la mayor  caza de ballenas en décadas. Planea matar  unas mil ballenas, entre ellas la jorobada, especie en peligro de extinción y protegida por la moratoria de 1963.

Japón (Nippon, que significa literalmente el país del sol naciente) no  puede seguir con tan oscuro comportamiento, ignorando que el poder nacional tiene un límite: el derecho internacional. Y además, de una cultura tan antigua, sofisticada y ceremoniosa, se esperan valores básicos de convivencia relacionados con la buena fe, la justicia y el respeto.

Hoy Tokio es el principal exterminador del cetáceo gigante. Desde que empezó la prohibición, ha matado unas 10.500 ballenas amparándose en un resquicio legal, ya que  la Comisión Ballenera Internacional  autoriza la caza limitada con fines científicos. El principal resultado “científico” es que los japoneses han obtenido millones de yenes con su abuso. Japón utiliza métodos en general deplorables en el mar, con una pesca de arrastre indiscriminada que arrasa con delfines y todo lo que exista en el área,  con enormes barcos factorías que han mermado especies hasta el límite de la extinción.

Con toda razón la Cancillería chilena ha protestado, EEUU también, y los activistas de Greenpeace intentan interceptar la flota japonesa en el mar. La caza de ballenas que Japón realiza en la Antártica ha sido condenada por la comunidad internacional en numerosas oportunidades y es una violación de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Ley del Mar .

La Comisión Ballenera Internacional, que debe asegurar la conservación de los cetáceos,  creó el Santuario Ballenero Austral, un área marina que circunda la Antártica y en la cual está prohibida la caza comercial de la ballena. Todos los años este organismo aprueba una nueva resolución condenatoria, y cada vez Tokio vuelve con su flota a matar  al santuario.

 La captura de ballenas se remonta a los orígenes de la humanidad, hay vestigios en  cuevas y pinturas rupestres. Era una actividad peligrosa y emocionante. Pero con los barcos modernos y los arpones con cabezas explosivas que estallan al penetrar la piel del animal, hoy es una práctica que arriesga la extinción de la especie, sobre todo de la ballena azul, la más perseguida y escasa.

Hay muchos misterios en torno a las ballenas, por ejemplo cómo se orientan para recorrer miles de kilómetros desde el Mar de Bering y venir a parir a los mares del sur, y su estudio sistemático será un aporte para la humanidad. Japón parece no entender que no se trata de no cazar, sino de hacerlo de modo que los recursos vivos pueden ser un beneficio continuo si son explotados racionalmente.

 

 

El arte y los presidentes de América Latina

Estuvo en Chile el director del MoMa , Glenn Lowry.  En su conferencia en la Universidad Adolfo Ibáñez desarrolló el concepto de que un museo de arte moderno tiene que ser un sitio donde los creadores se sientan cómodos para experimentar, y el público llamado a disfrutar en una actitud de abrir la mente, rascarse la cabeza y preguntarse. Debe ser “moderno” y museo a la vez, dos conceptos contradictorios. Si se logra juntarlos y crear esa atmósfera de apertura para las nuevas tendencias -incorporando a la vez una mirada culta hacia el pasado- nunca será convencional, y evitará ser una institución anclada, sin visión de futuro. El arte de hoy es tan interesante como el del pasado, sólo hay que descubrirlo. Todo arte contemporáneo se vuelve histórico con el tiempo, lo que da paso a nuevas tendencias que hay que dejar fluir, para formar una cadena eterna de creatividad humana.

¿Qué tiene que ver eso con esta columna de política internacional? Mucho. Porque esa actitud de valorar el pasado, reconocer el presente, y proyectarse hacia el futuro, es la que permite progresar a los países, cuya única riqueza real son sus gentes y sus mentes. Y por eso la diferencia entre el discurso del director del MoMa  explicando una disposición mental hacia la creación, y la reciente Cumbre Iberoamericana con reproches mutuos y  lugares comunes de arcaica data histórica, fue  muy contrastante.

No vimos a los presidentes abriendo sus mentes para que les entre el mundo, para que sus cumbres no sean museos de esos que en una bóveda enclaustran el arte, sino como el MoMa , abierto a la calle, a la vida misma, al sentir de esta generación de personas con vidas y necesidades de aquí y de ahora.

Estamos asistiendo a una nueva era de la humanidad, que requiere nuevos referentes e instituciones, y sobre todo una nueva actitud política. La sociedad industrial del siglo XX puso el énfasis en la competencia. La sociedad globalizada del siglo XXI necesitará la cooperación y el encuentro con el “otro”, que tiene una cultura, religión o historia muy distinta. Con las nuevas tecnologías ya no caben las potencias solitarias luchando entre ellas como en la guerra fría, o los mundos autárquicos como la China de Mao y la Rusia soviética. Ambos decayeron porque no se adaptaron al espíritu de los tiempos o Zeitgeist, de abrir las fronteras mentales y dar cabida a la libertad.

Generar las condiciones políticas para que fluya la libertad creativa en Latinoamérica debiera ser el propósito de las cumbres. Para que surjan faros como fue la Bauhaus en Alemania para la arquitectura mundial, o el MoMa hoy para el arte universal. Las cumbres debieran ser una tormenta de ideas para el desarrollo, no una sucesión de discursos para que nada cambie.

Las peligrosas dádivas del presidente venezolano

Chile ha vivido en los últimos días dos acontecimientos importantes: el gran acuerdo entre gobierno y oposición para reformar la educación, y la Cumbre Iberoamericana para la búsqueda de una cohesión social. El acuerdo refleja una actitud que ha permitido a Chile tener instituciones relativamente estables para lo que se estila en la región. La cumbre en cambio, será recordada por el fuerte intercambio verbal entre el presidente venezolano y el rey español, y entre los mandatarios de Argentina y Uruguay.

Aristóteles decía  en La política que una iniciativa legal sólo sirve si realmente termina por encarnarse en la sociedad bajo la forma de un hábito colectivo. Y por eso aconsejaba a legisladores y gobernantes no aprobar leyes o iniciativas sin estar seguros de que las podrían hacer cumplir, de lo contrario se desprestigia el concepto mismo que se persigue.

En el mundo anglosajón, el enforcement o hacer cumplir la ley es muy valorado en el sistema. En Latinoamérica en cambio, lo que nos gusta es el anuncio, y tal vez sea una herencia del antiguo Imperio español: la corona dictaba leyes sabias, de elevadas intenciones, pero la práctica de ellas en América por los propios colonizadores españoles dejaba mucho que desear. En nuestra región las leyes se acatan, pero no se cumplen. Rara vez llegan a ser un hábito colectivo.Por eso en esta región en vez de prosperar los buenos propósitos de las cumbres, proliferan los caudillos, como Hugo Chávez y su  “república” bolivariana.

A diferencia de un régimen absolutista, la república tiene  poderes independientes, ejecutivo, legislativo y judicial, que se controlan recíprocamente. Pero el presidente  Chávez sabe que en estas latitudes basta con anunciar para exigir legitimidad.  En forma menos obvia, el presidente Kirchner también ha concentrado el poder. Y ha aceptado los aportes de Hugo Chávez. Argentina se llama federal, pero el centralismo es hoy muy marcado por un presidencialismo exacerbado.

Junto con proponer la cohesión social, la cumbre debió reflejar el peligro que para esa aspiración representan las dádivas de Hugo Chávez. Su ingerencia  no es algo circunstancial sino que afecta la noción misma de desarrollo, e incide en la actitud cultural, política y económica de las naciones. Pensemos en Cuba y su eterna dependencia, antes de la ex URSS y hoy de Hugo Chávez.

Los gobernantes que no entiendan que el concepto de desarrollo es integral, que incluye no sólo ingresos (que pueden ser altos por una materia prima como el petróleo)  sino sobre todo está fundado en valores de libertad política e instituciones, están condenando a sus pueblos al atraso.

El poder de dar, una nueva tendencia filantrópica

Dar se ha convertido en un importante fenómeno social en el mundo. El caso de Bill Gates que donó gran parte de su fortuna para ayudar en Africa, o Warren Buffett, el segundo hombre más rico de EEUU que entregó el 95% de su dinero a la fundación de Gates, han tenido impacto incluso para EEUU, donde la filantropía es parte del sistema y una de las mejores características de esa sociedad libre. No existió la filantropía en el sistema comunista de Mao ni la hubo en la ex URSS. Y tampoco es una práctica muy difundida en la historia latinoamericana.

Se ha ido imponiendo en el mundo el concepto de eficiencia emprendedora en la filantropía, es decir, la asociación de buenas ideas con la eficacia empresarial para resultados concretos.

En el 2006, los privados norteamericanos donaron voluntariamente el equivalente a un 2 % del PGB, 300 mil millones de dólares, en iniciativas espontáneas de ayuda comunitaria. Ya en 1835 Alexis de Tocqueville observaba esa tendencia a buscar soluciones desde la comunidad  en vez de depender del Estado.

El nuevo concepto de filantropía en EEUU y en el mundo tiende a valorar las soluciones y aportes que surgen desde la sociedad civil para llegar a los más necesitados. En 2006 Muhammad Yunus obtuvo el Premio Nobel de la Paz por crear el banco Grameen para dar créditos a los más pobres para sus proyectos de pequeña empresa. En el 2004, el Nobel de la Paz fue para la keniana Wangari Maathai, quien mejora la vida de las mujeres africanas promoviendo plantar árboles para conservar la calidad del suelo y el agua. Son ejemplos más visibles de miles de iniciativas de ciudadanos privados que están modificando la forma de enfrentar los problemas sociales.

Siempre han existido personas e instituciones dedicadas a ayudar, pero lo distinto hoy es la idea de dar la oportunidad de ayudarse a sí mismos. El fortalecimiento de la sociedad civil a través de Internet, incluso en China, permite que miles de ciudadanos se conecten para compartir sus inquietudes. Aunque cada uno dé pequeños aportes, las sumas son enormes. Las ONG de ayuda son más eficientes que muchos gobiernos para llegar a los más pobres.

El mercado, con todas sus ventajas, no siempre llega a los más necesitados, por lo que el desafío de los filántropos modernos es unir a privados y al Estado para permitir el encuentro clave entre las necesidades sociales y la eficiencia empresarial. De eso trata el libro “Giving” de Bill Clinton.

Lo más importante ha sido el cambio de concepto. Ya no se trata de recibir, sino de dar. Hasta el más pobre puede dar algo, su tiempo, su esfuerzo, su creatividad, para ayudarse a sí mismo y a su comunidad. En la nueva filantropía  todos importan, y los proyectos comunitarios se traducen en progreso con dignidad.

La otra Argentina

En sus primeras declaraciones como presidenta electa, Cristina Fernández dijo que le gustaría que su país fuera como Alemania, con un altísimo grado de tecnología, y una economía de innovación y valor agregado.

En realidad, Argentina ya tiene como gran fortaleza un alto nivel de su recurso humano. Pero su inestabilidad política y económica impide que florezca como debiera.

Según la revista británica “Nature”, Argentina es uno de los 18 países del mundo que más se destacan en investigación científica. Ocho argentinos fueron distinguidos con el premio Scopus 2007 por sus trabajos publicados y citados por otros científicos de todo el mundo (Scopus es la base de datos sobre literatura científica más importante).

Argentina tiene un modelo propio de central nuclear compacta de cuarta generación;  ha construido satélites; en biotecnología, informática y nanotecnología avanza en programas bien estructurados; en materia militar desarrolló el misil AS-25K que puede ser guiado por láser. En número de investigadores de jornada completa, ocupa el segundo lugar en América Latina después de Brasil con 27 mil (Chile tiene 7.176), y Argentina es el país con más investigadores en Latinoamérica en proporción a su población.

Lo notable es la persistencia en el tiempo de su relativa fortaleza científica, considerando lo deficiente que ha sido su sistema económico y político. La última elección es un ejemplo de esto último. Cristina Fernández fue designada por su marido como candidata, en una maniobra para perpetuar al matrimonio Kirchner en el poder.

El sistema de partidos es hoy casi inexistente. La oposición debilitada por su fragmentación, no pudo contra los enormes  recursos que usó el oficialismo. Los votantes mostraron desinterés y resignación y optaron por lo conocido, un gobierno que ha dado estabilidad pero que no ha hecho los cambios estructurales que den sustento y seriedad a su economía. Un ejemplo es la inflación, ese peligro endémico argentino que el gobierno decidió ocultar en las cifras oficiales.

Por eso la gente más preparada no votó por la familia Kirchner, y si Cristina obtuvo el 45% de los votos, no logró ganar en grandes ciudades, salvo Tucumán y Mendoza. Perdió en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca.  En cambio arrasó en provincias, donde se depende más del clientelismo y los subsidios.

Los Kirchner le deben en gran parte su triunfo a productos primarios como la soya, por su alto precio internacional debido a la demanda china.

Y mientras los políticos hacen sus repartos con las ganancias,  hay una Argentina profunda que juega en las grandes ligas. Es esa Argentina capaz de producir científicos de talla mundial, a pesar de todo.

ANTÁRTICA – La niña bonita del futuro

Gran Bretaña le ha hecho a Chile un gran favor. Lo ha hecho despertar al dar a conocer que pretende aumentar sus reclamos de soberanía en territorio antártico, afectando la plataforma continental en la península antártica o Tierra de O’Higgins. El sorpresivo anuncio se contrapone a la reclamación de Chile, y ha hecho reaccionar al país en defensa de los títulos históricos que lo avalan.

Gran cosa. Porque con falta de visión histórica, el año 2003 se cerró la base antártica Arturo Prat por un clásico análisis economicista basado en cuánto “cuesta” y no cuanto “vale” mantenerla operativa. Gracias a Gran Bretaña y su desafío, la Armada de Chile reabrirá la primera base chilena que tanto costó construir en 1947 y mantener por décadas, y que tras ser abandonada hace cinco años deberá recibir grandes inversiones para su recuperación pues el clima es muy destructivo. Pero sobre todo, se recupera el espíritu de dar valor a esa zona. Es un asunto de actitud, que el cierre de la base había afectado gravemente.

El episodio es emblemático. Muestra la gran diferencia entre un antiguo país con sentido histórico como Gran Bretaña y un país más joven encandilado como nuevo rico con sus relativos logros económicos y descuidando lo permanente, lo que le da trascendencia y seguridad en el tiempo: su territorio y los asuntos de soberanía.

Mientras Chile cerró una base a escasos kilómetros de Punta Arenas por un ahorro mal entendido, Gran Bretaña ha defendido a miles de kilómetros territorios que le dan proyección en el mar austral, y ha mantenido presencia en la lejana Antártica. Podrán discutirse sus argumentos y  métodos, pero no su perseverancia y visión de futuro.

Lo anterior demuestra la importancia de que Chile refuerce su presencia en la Antártica y reafirme sus derechos. Es bueno que se anuncie que se reabrirá la base Arturo Prat, que se informe la visita de parlamentarios, que se analicen las reservas de agua dulce y recursos alimenticios y energéticos decisivos para el futuro. Que se enfatice la defensa jurídica y diplomática permanente y se recuerde que por su cercanía, Chile tiene como ningún otro país vínculos soberanos con la Antártica.

Hace tres semanas publiqué aquí mismo una columna que llamé La Batalla por los Polos. Aludía a que Rusia adelantó las disputas por el Polo Norte y sus reservas de gas y petróleo al instalar su bandera bajo los hielos árticos en la cordillera submarina de Lomonosov, y que era un acto premonitorio de lo que podría ocurrir en el Polo Sur.

Días después, Gran Bretaña nos ha venido a recordar que existe una soterrada carrera en torno a la Antártica, aumentada por el precio del petróleo y el derretimiento de los hielos.  Chile, lejano país esquina en el último rincón del mapa, se puede beneficiar ahora de lo que fue considerada su gran desventaja: su situación geográfica. Siempre que esté atento,  y juegue muy bien sus cartas.

Entre adolescencia y adultez: UN NUEVO GRUPO ETARIO

Vengo llegando de EEUU en momentos en que en Chile El Mercurio acaba de elegir a los 100 jóvenes líderes 2007.  La forma en que se manifiestan los liderazgos y sensibilidades entre los jóvenes hasta los 35 años es muy importante para evaluar las tendencias sociales y sus consecuencias políticas. En EEUU, como en Chile, es hoy un tema sociológico de alta repercusión política, debido a los enormes cambios de la sociedad globalizada.

El diario New York Times dedicó un largo artículo al nuevo grupo etario que ha surgido: dice que antes había niñez, adolescencia, adultez y vejez, es decir 4 grupos. Y que ahora se han sumado, con grandes consecuencias, dos categorías: los años de “odisea” o  época de búsqueda entre la adolescencia y la adultez, y, debido a la prolongación de la vida, la etapa del “retiro activo” antes de la vejez.

En un estudio de la Brooking Institution se establece que los hijos de los baby boomers (los nacidos a mediados de la década de 1950, la más prolífica de EEUU) hoy prolongan tanto su adolescencia, que han creado una nueva etapa de unos 10 años, entre los veinte y tantos y los treinta y tantos, en la cual tratan de encontrar su destino. En esa fase postergan decisiones profesionales y de formar familia.

Se trata de una generación que enfrenta un mundo de incertidumbre, diversidad y   búsqueda, en el cual las normas son difusas y las circunstancias parecen menos permanentes.  El matrimonio en muchos casos da paso a la cohabitación, la Iglesia a las tendencias espirituales, la lectura de diarios a la de blogs (en 1970, casi el 50% de los adultos leían un diario en EEUU, hoy sólo el 21%). Y si antes se aspiraba a un trabajo estable, hoy lo único claro es que el abanico de opciones es enorme y en muchas áreas para las cuales el colegio y la universidad no los formó.

Lo más notable del análisis del NYT es que las encuestas en EEUU demuestran que un alto porcentaje de las personas que atraviesan esa edad de odisea o búsqueda, tienen aspiraciones muy tradicionales (como formar familia, incluso aún más que sus propios padres) a pesar de que en la práctica viven vidas muy improvisadas y postergan tener hijos.

En lo que más coinciden los estudios en EEUU y las declaraciones de los jóvenes líderes 2007 en Chile, es que los partidos políticos actuales no los representan, porque a ellos no los mueven las ideologías sino conceptos como equidad, innovación y medio ambiente .

Tal como en el siglo 19 no existía el concepto de adolescencia, pues se pasaba rápido de la niñez a la adultez, hoy según el NYT, a medida que se establece la nueva estructura generacional, la economía y la sociología deberán encontrar ritos e instituciones para acoger esos cambios.  Los mismos que caricaturizó la serie “Friends” para quienes aún no los habían observado.

España y la unidad nacional

Madrid está preciosa. Desde la llegada a Barajas, con su techo ondulante, su alta tecnología y su moderno metro que conecta con cualquier punto de la ciudad, se respira el cambio que ha experimentado España en las últimas décadas.

Pero llama la atención del visitante la diferencia entre la actitud alegre y vital de los madrileños, y la tónica de las noticias políticas que destacan que está en juego la unidad nacional. Unos persiguen el separatismo y lo que llaman soberanismo –el mayor poder e independencia que reclaman algunas regiones- y otros exigen al presidente Jose Luis Rodríguez Zapatero más dureza contra esos movimientos. Unos quieren una república y otros defienden la monarquía.

El rey Juan Carlos tuvo que dar el inusual paso de salir en su propia defensa y de la monarquía, ante las crecientes críticas contra la familia real, y pidió tolerancia y respeto. En  Cataluña cientos de manifestantes quemaron la foto del rey, y las celebraciones por la fiesta nacional del 12 de octubre frente a la plaza de Colón han estado sometidas a un exhaustivo control desde días antes.

La monarquía española goza sin embargo de un mayoritario respeto por haber liderado la transición tras el régimen del general Franco, y por representar las instituciones permanentes. El rey es el Jefe del Estado y  está fuera del juego político-electoral. Los españoles, con su voto, eligieron las Cortes Constituyentes y después refrendaron  el texto constitucional, transformando la monarquía impuesta en una monarquía parlamentaria y constitucional.

Pero los separatistas regionales la cuestionan hasta el punto de lograr que su existencia o abolición sea tema principal. El ex presidente Aznar acusa al actual jefe de gobierno Rodríguez Zapatero de no defender bien al rey por liberar a quienes quemaron  sus fotos. Y a la vez Rodríguez Zapatero enfrenta las furias de la ETA por la detención de 22 de sus dirigentes vascos.

Es un tema de nunca acabar. Estando en Madrid de visita tengo la impresión de que hay dos Españas: una pujante, creativa, que mira al futuro, y otra anclada en las eternas disputas entre las regiones y el gobierno central, entre republicanos y monárquicos.