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La batalla por los polos

Rusia es actor primordial en el escenario mundial, con influencia en los principales focos de tensión como Irán, Corea del Norte y el Medio Oriente. Y es un socio estratégico de la Unión Europea, a la que entrega  el 50% del gas que importa.

Pero entenderse con el presidente Vladimir Putin no ha sido fácil para los europeos, pues Moscú quiere mantener una influencia desmedida sobre los estados que fueron soviéticos. Además ha enfrentado tensiones comerciales con Suecia, Italia, discusiones con EEUU por la defensa antimisiles, y problemas de espionaje en España y Gran Bretaña.

Ahora Rusia ha llevado las disputas al Artico. Hay cinco países que reclaman propiedad a Naciones Unidas sobre el Polo Norte (Rusia, Noruega, EEUU, Canadá y Dinamarca por Groenlandia). Esas aspiraciones han crecido por los deshielos que han dejado más accesibles las enormes reservas de gas y petróleo. Con esto, el problema del reparto del Polo Norte -que estaba literalmente congelado- está cada vez más candente con el calentamiento del mar y los deshielos. El servicio geológico de EEUU afirmó que el Artico alberga un 25% de las reservas inexploradas de petróleo y gas. Noruega ya inauguró en Hammerfest, su ciudad más al norte, la mayor planta de gas de Europa. Y muy cerca, la empresa rusa Gazprom inicia el yacimiento de Stockman.

La cordillera submarina de Lomonosov recorre todo el Artico, y en uno de sus montes Rusia instaló su bandera el 3 de agosto de este año, reclamando así soberanía. De este modo, Putin se adelanta para asegurarse, porque se estima que entre el año 2040 y el 2070, gran parte del Polo Norte quedará libre de hielo durante el verano.

Es muy probable que también haya disputas respecto a la Antártica (que en griego quiere decir lo opuesto al Artico). Siete de los estados miembros consultivos del Tratado Antártico mantienen reclamos sobre importantes sectores del territorio antártico: Chile, Argentina, Nueva Zelandia, Australia, Francia, Noruega y Gran Bretaña se reconocen mutuamente sus reclamos antárticos; Estados Unidos y Rusia rechazan cualquier reclamo  pero se reservan el derecho a hacerlo si otros estados hacen efectivos los suyos. Los demás países y  Naciones Unidas  no reconocen esas aspiraciones  territoriales.  Existe un “congelamiento” permanente de los reclamos de soberanía que fueron hechos valer antes de la firma del Tratado, lo que impide durante su vigencia que se hagan nuevas reclamaciones de soberanía.

Pero la bandera rusa instalada por órdenes de Vladimir Putin bajo los hielos del Artico, indican que la batalla por los cascos polares ha comenzado, y que será un creciente foco de conflicto internacional.

Los 50 años de la era espacial: EL TRIUNFO DE LA LIBERTAD

En los próximos días se cumplen 50 años desde que en 1957 se inició la carrera espacial. En octubre de ese año fue lanzado el satélite soviético Sputnik, que dio la partida a una competencia con EEUU, país que con su programa Apolo llevó al hombre a la luna en 1969.

Lo interesante de ese desafío es que demostró que el ser humano puede elevarse a dimensiones desconocida cuando cree en el objetivo de una misión. Y en ese sentido el discurso ante el Congreso del presidente John F. Kennedy -quien en política exterior cometió graves errores como la Alianza para el Progreso en América Latina- fue muy inspirador para toda una generación de norteamericanos: en 1961 formuló un plan para llegar a la luna en esa década. Y, efectivamente, como dijo Neil Armstrong al pisar suelo lunar 8 años después, fue un gran salto para la humanidad.

De ese esfuerzo derivaron enormes avances científicos que hasta hoy están disponibles en cada hogar, en la medicina, en las telecomunicaciones. No se entendería la actual era de la informática, la globalización ni Internet, sin los satélites que la carrera espacial puso a disposición de todos los seres humanos.

Lo más notable es que cuando se inició la competencia espacial entre la ex URSS y EEUU, ambos estaban aparentemente empatados en cuanto a capacidad científica. Pero había una diferencia clave que, a la larga, se traduciría en que la URSS se desplomaría estrepitosamente en 1991, mientras el mundo libre que representaba EEUU se coronaría líder de la era de la nueva globalización.

La gran diferencia fue el concepto de libertad. Mientras el sistema soviético actuaba en esa carrera sin el más mínimo respeto por la sociedad civil, es sistema norteamericano se basaba en la democracia. Y así, cada dólar gastado en la competencia espacial estadounidense, se traducía más temprano que tarde en beneficios para las dueñas de casa, para las universidades, para la industria. Los avances científico-militares de EEUU  derramaban sus logros hacia la sociedad toda.  En cambio en el ex mundo soviético, los avances científicos quedaban encapsulados en una elite del Partido Comunista.

La URSS se derrumbó porque su sociedad civil fue obligada a permanecer en un desarrollo tercermundista, excepto en el campo de la competencia militar.

Los 50 años de la era espacial son una buena instancia de reflexión sobre los distintos resultados que se obtienen en dos sociedades que, partiendo de una paridad científica,  se diferenciaron en que una creyó en la libertad de los individuos como motor del progreso, y la otra optó por un sistema planificado desde arriba, sin respeto por la inteligencia de sus ciudadanos y por el destino de los de abajo.

Argentina ante dos modelos

El 28 de octubre Argentina decidirá su rumbo para los próximos 4 años. Para muchos,  lo que está en juego no es sólo si llegará Cristina Fernández de Kirchner al poder, sino que una definición entre dos modelos: el republicano y sus instituciones, o la eterna sucesión de los Kirchner.

La gran ventaja del kirchnerismo es que, aunque dividido internamente, acude unido en torno a su candidata a esta elección presidencial, en cambio la oposición es débil y dispersa. Por eso es poco probable que surja en el corto o mediano plazo alguien capaz de enfrentar con éxito la hegemonía del matrimonio  Kirchner, cuyo plan es sucederse mutuamente en sucesivas elecciones, casi como una monarquía.

El tema es de más largo plazo. Todavía la sensación de bonanza económica es decisiva, pero en el futuro, cuando las debilidades estructurales de la economía que Kirchner no corrigió se hagan  sentir, podría llegar el tiempo de un Mauricio Macri u otro político opositor.

Néstor Kirchner sabe que el rechazo que tiene en su propia provincia de Santa Cruz  es un presagio: hasta el más poderoso de los líderes suele decaer cuando pierde la confianza del electorado que más lo conoce.  Aún los Kirchner tienen muchos votos nacionales. Pero ha sido tal la concentración del poder por parte del presidente, que sectores cada vez más grandes están empezando a exigir cierto respeto por los opositores, elecciones provinciales limpias, y la posibilidad de fiscalizar al gobierno desde el parlamento, la justicia y la prensa.

Los primeros síntomas de grave descontento partieron hace un año en Misiones, y han continuado sin parar con diversos estilos. Desde graves disturbios provinciales hasta las críticas del  ex ministro Roberto Lavagna, Elisa Carrió o Ricardo López Murphy. Todos demandan básicamente mayor honestidad y respeto por las instituciones.

No es raro que en las emblemáticas ciudades de Rosario, Córdoba y en la propia capital, el kirchnerismo haya perdido tantos votos. La clase media urbana, que en Argentina es culta, al principio sólo pedía gobernabilidad tras años inestables, pero ahora empieza a exigir verdadera democracia y el fin del estilo autoritario de Néstor Kirchner. Se suman la mal administrada situación energética, el manejo de los precios, la vinculación con Hugo Chávez y el poder de personajes tan cuestionados como el  ministro Julio de Vido.

La esperanza es que, de resultar elegida, Cristina Kirchner trate de diferenciarse. Y que  oiga el clamor popular por una democracia más respetuosa.

INTERNET – Las culturas se conectan, el nuevo rol de la politica

La forma de relacionarse de los seres humanos cambió desde que hace 25 años salió al mercado el primer computador personal (PC) y hace 15 años la World Wide Web, conocida como Internet. Esa revolución tecnológica que modificó las comunicaciones y el acceso a la información, ha traído impactos culturales aún difíciles de dimensionar. Recién se inauguró una versión de Windows en mapudungun, como una herramienta para conservar la lengua del pueblo mapuche: lo ultra moderno para salvar lo ancestral.

Y la ONU organizó el Foro de Gobierno e Internet, para estudiarlos nuevos problemas mundiales relacionados con la web como pornografía, spam, y las estafas en la red o phishing.

Internet tiene más de mil millones de usuarios y ese número aumenta rápido por la creciente incorporación de China. La influencia de Internet es tal, que en todas las disciplinas humanas hay un antes y un después. En Ciencia Política el concepto de Estado-Nación está hoy marcado por las permeabilidad de las fronteras debido a la información que fluye por la red. Y la nueva economía, que se inició como una burbuja especulativa, ya vivió las correcciones necesarias y hoy no se concibe el mundo económico sin las posibilidades de eficiencia e innovación que aporta la web.

En insoslayable el análisis de la brecha digital que separa a quienes se quedan al margen de las nuevas tecnologías. Por eso es destacable el esfuerzo que está realizando el investigador del MIT Nicholas Negroponte para desarrollar computadores baratos para masificar su uso en países pobres. Por ejemplo, ya el gobierno de Libia llegó a un acuerdo con “One Laptop per Child”, un grupo dedicado a aportar computadores para la educación. En el 2008, más de un millón de niños libios se podránincorporar al mundo digital. Desgraciadamente, al gobierno de Chile no le interesó ese proyecto.

One Laptop per Child demuestra la importancia de la sociedad civil para crear puentes entre las culturas, y vencer lo que se temió como choque entre civilizaciones.

En Chile, cifras oficiales indican que sólo un 15 por ciento de los hogares tiene acceso a Internet, en su mayoría perteneciente al sector de mayores ingresos. Comparado con otros países de la región, Chile tiene cierta ventaja en esta materia, pero es insuficiente: el 50 por ciento de los chilenos se siente ajeno al mundo digital. La inserción internacional para alcanzar el desarrollo hace necesario que se sumen políticas públicas e iniciativas privadas para que más chilenos accedan al nuevo paradigma tecnológico que ha cambiado al mundo.

La influencia de los ciudadanos anónimos

La Revista Time eligió como personaje del año 2006 a “You”, es decir a usted, a cada uno de nosotros. Quiso destacar que no hay un protagonista más importante en la llamada nueva democracia digital que la suma de cada uno de los usuarios de Internet, que están cambiando el mundo.

Las tecnologías de la era de la información han hecho posible que la especie humana hoy puede “habitar” un mundo virtual. Como lo hemos dicho antes, se trata de un cambio de paradigma radical en la forma de relacionarse de los seres humanos, y en la organización de los Estados.

En 1648, tras la Guerra de los Treinta Años, se firmó en Europa la Paz de Westphalia, que dio pie al sistema de Estados territoriales, con fronteras, autoridad única que lo representaba también en el exterior, y se entendía que ninguna autoridad estaba por sobre los Estados. Pero la revolución informática, Internet y el ciberespacio han significado un cambio de poder como nunca lo había vivido la humanidad en forma tan rápida. Y ya nadie tiene el monopolio de la información, ni siquiera el Partido Comunista chino. Los cambios radicales que vive China se explican por este nuevo paradigma que es la informática, en que recursos claves como dinero, información Y cultura ya no tienen fronteras.

Las nuevas tecnologías han alterado todas las jerarquías y se saltan las instituciones. Las redes sociales que se crean a través de Internet sólo responden al interés de cada una de las personas que participan. Millones de personas pueden formar grupos de interés o simplemente sumarse a esta democracia digital con sólo un click. En este nuevo mundo de relaciones horizontales cualquiera puede plantear una idea, y el “mundo la oye”.

Y entre las ideas que el mundo oyó, está por ejemplo la del cambio climático y las consecuencias de la falta de respeto al medio ambiente, que los gobiernos soslayaban pero que unió a millones de cibernautas para exigir un cambio de actitud. Es un ejemplo de cómo el mundo virtual puede influir en el mundo real.

Pero hay un aspecto aún no suficientemente estudiado: sospecho que en el futuro, la revista Time deberá sacar en portada, como tema del año, la identidad. Porque ser ciudadano del mundo es demasiado amplio, diluye el sentido de pertenencia que es básico para el equilibrio emocional. La consecuencia es que en ninguna época anterior los seres humanos habían estado tan comunicados, y a la vez tan solos.

En un cambio radical que tomó sólo una generación, asistimos a un nuevo modelo o paradigma que nos remece como seres históricos que somos. Nuestros valores, principios y creencias son un legado de generaciones anteriores. La revolución tecnológica ha removido todos los referentes y principios que requirieron muchas generaciones para establecerse como verdades en nuestras mentes. La globalización afecta los conceptos de familia, patria, Estado-nación, soberanía, cultura y tantos otros que conforman nuestra identidad. Han sido superadas las barreras de espacio y tiempo, porque las nuevas tecnologías nos permiten estar todos comunicados e informados al mismo tiempo y en cualquier lugar. Esto es único en la Historia.

Al iniciarse esta nueva etapa de la humanidad, tendrán que crearse nuevos referentes e instituciones, y sobre todo una nueva actitud política. Si la sociedad industrial exacerbó la competencia, la sociedad globalizada deberá promover la solidaridad, la cooperación y el encuentro con el “otro” que tiene una religión y una cultura diferente. Porque hoy ese otro esta más cerca. Ya no es posible, con las nuevas tecnologías, pensar en mundos aislados como lo fueron la sociedad china y la rusa soviética. La URSS con su ideología comunista se desplomó porque no captó el espíritu de los tiempos o Zeitgeist, la fulminaron las nuevas tecnologías que permearon sus muros físicos y fronteras mentales.

El gran valor que está en juego en estos cambios mundiales es el concepto de Libertad.

La libertad, como se entiende en Occidente, es el resultado de un enorme esfuerzo milenario: incluye la filosofía que nos legaron los griegos que se preguntaban por el sentido de la existencia y separaron el mito del logos; el Derecho que nos aportaron los Romanos para regular la vida civilizada con normas que limitaron la discrecionalidad del gobernante; el concepto de asamblea que nos entregaron los germanos para dar legitimidad a las autoridades y garantizar el respeto a los gobernados, de donde deriva el parlamento moderno.

Todas esas libertades que tras muchos siglos condujeron a lo que entendemos en Occidente como democracia política y libertad económica, enfrentan hoy una amenaza difusa, porque no son comunes en otras culturas; claramente la incorporación de China al comercio mundial no va aparejada con el respeto a esos conceptos. Es rol fundamental de la política hoy enfatizar la libertad como un gran logro de la humanidad, y el respeto al Derecho Internacional.

Por eso en un mundo globalizado y fuertemente influido por la web, la política adquiere una nueva dimensión. En momentos en que la humanidad está viviendo el cambio más veloz de su Historia, se necesita volver a pensar, como hacían los griegos, en el sentido de la vida y de la política. Y ese sentido no puede ser una competencia feroz por el dominio económico. Esa es una visión antigua, de la época industrial. Hoy el desafío es mucho más elevado: se trata de crear las nuevas condiciones políticas para que la libertad, ese gran logro de Occidente, fuente de todo progreso económico, político y cultural, pueda expandirse con las nuevas tecnologías en la era de la globalización, en vez de verse limitada por la fuerte irrupción de otros referentes culturales.

 

 

 

EEUU: Un pais dividido entre principios e intereses

Estados Unidos es un país de interesantes y a veces incomprensibles contradicciones. Es una mezcla entre una sofisticada mentalidad emprendedora  y de innovación en todos los campos de la economía y de la ciencia, y rasgos moralistas de exacerbado idealismo en las relaciones internacionales. Por un lado un profundo respeto por la libertad humana y por el ideario democrático que es muy genuino en los norteamericanos, y por otro, el afán por imponer su propio sistema sin conocer otras realidades culturales o históricas.

Para comprender la división de la sociedad estadounidense frente a la invasión de Irak se hace necesario revisar características de su idiosincrasia, sin las cuales no se entienden  aspectos  de la política antiterrorista de la administración Bush.

EEUU fue colonizado por minorías religiosas perseguidas en Europa (a diferencia de otras conquistas militares o económicas), lo que explica hasta hoy cierto enfoque moralista en cada discurso político y en cada acción en el exterior. Como los puritanos originales, el presidente de EEUU invoca a Dios y a un idealismo moral, y bendice a sus compatriotas. Es la única nación occidental moderna que actúa así.

Por estar EEUU alejado físicamente y debido al hastío de sus colonizadores con los conflictos europeos, sus habitantes desarrollaron una tendencia al aislacionismo, a no interesarse por el acontecer mundial; pero al mismo tiempo exageran la percepción de amenazas a su seguridad nacional. Por eso, aunque con reticencia, EEUU se fue involucrando en prácticamente todos los conflictos internacionales del siglo XX, no siempre con buen conocimiento de sus complejidades.

Otro rasgo es que los colonizadores fueron muy laboriosos, y pronto esa nación, que tiene la misma edad de las repúblicas del sur de América, surgió como una potencia económica que necesitaba asegurar su comercio exterior. Eso cimentó a su vez su enorme capacidad militar, hasta llegar a convertirse en 1945 en la mayor superpotencia mundial.

La acentuada mentalidad comercial y práctica, y la perseverante actitud moralista y religiosa, son una gran dicotomía. Y explica que por ejemplo respecto a Irak, se  pueda interpretar la intervención norteamericana desde todos los ángulos posibles: interés por controlar una zona petrolera, defensa de la seguridad nacional de EEUU, o el afán que dice tener el presidente Bush en expandir la democracia en la lucha antiterrorista.

Lo cierto es que junto a las más explícitas acciones de Realpolitik, Washington sigue invocando a Jefferson y los elevados principios de la Constitución de 1787, a Lincoln y los valores de la libertad, y en todo momento los pilares religiosos de los “founding fathers”. En esos rasgos están sus fortalezas y debilidades…valga la contradicción.

China y la contaminación ambiental

Según el Banco Mundial, en China mueren 750 mil personas al año por la contaminación que está provocando su acelerado desarrollo, cuyos efectos se propagan al resto del planeta, sobre todo a través del Pacífico a América del norte.

Uno de los peores legados de la ex Unión Soviética y de la actual China es la contaminación ambiental. Se habla poco de la devastación que dejó como herencia el socialismo. Los métodos industriales soviéticos arruinaron salud, economía y medio ambiente en vastas zonas, como la cuenca del Mar Aral que fue envenenada  afectando a millones de personas hasta hoy, o el desastre de Chernobyl por mal uso de obsoleta tecnología nuclear.  El motivo principal fue la falta de una sociedad civil que  denunciara los abusos del Estado omnipotente,  tal como hoy en China la población debe aceptar parámetros de contaminación inconcebibles en sociedades más libres.

EEUU era el mayor contaminante, pero en relación al volumen de su economía lo es muchísimo menos que China, que ya se transformó en el principal emisor de CO2 del mundo,  a pesar de que aún faltan años para que su nivel de vida sea siquiera comparable al promedio europeo o norteamericano. El tema va más allá del uso del carbón como combustible principal en China: el asunto es la falta de una sociedad civil consciente de sus derechos.

En EEUU no fueron ni la gran industria ni las autoridades de Washington,  sino las miles de organizaciones civiles las que alertaron a los ciudadanos, y ellos exigieron cambios de conductas. Pero en China las libertades civiles recién empiezan a esbozarse, y todavía no se legitiman la soberanía popular, la división de poderes del Estado, la libertad de expresión. No hay una carta que se asemeje a una declaración de derechos de las personas y de los ciudadanos, ni una enriquecedora tensión gobierno-oposición.

Si bien China empieza a reconocer  la propiedad privada, la motivación esgrimida es dar ciertas garantías a los inversionistas: se inicia como un concepto económico, mientras en Occidente libertad y propiedad son realidades inseparables. Ya en el siglo 17 John Locke decía que el principal objetivo del gobierno, cuyos poderes emanan de la soberanía del pueblo libre, es proteger la propiedad, garantía de la independencia política del ciudadano respecto del Estado. Libertad y propiedad, bases del Estado de Derecho y de la sociedad civil, son conceptos ignorados aún por Beijing.

Pero en el mundo globalizado la sociedad civil empieza a ser mundial. Y poco a poco los juguetes chinos tóxicos con plomo, o la nube negra que avanza por el Pacífico, están siendo denunciados. Las autoridades chinas que no oyen a su propio pueblo, tendrán que oír a la sociedad civil planetaria.

MUJER Y NATALIDAD: Un tema político crucial

En el mundo globalizado los temas sociológicos y culturales ganan espacio. Uno de los más polémicos es la llamada ley de cuotas para favorecer la participación femenina en la política, no sólo en Chile. Y el otro, la baja natalidad, que en la mayoría de los países occidentales no alcanza a cubrir la tasa de reemplazo.

La discusión es antigua. John Stuart Mill  ya en 1869 publicó “The Subjection of Women” (El sometimiento de las Mujeres) poniendo en duda la fundamentación jusnaturalista de los roles asignados a la mujer; propiciaba el concepto de la mujer responsable en vez de pasiva. Fue muy apoyado por el ejemplo de la enfermera Florence Nightingale que demostró la capacidad de la mujer masivamente. El escritor George Bernard Shaw se dedicó a destacar un nuevo tipo de mujer que desplazaría a la clásica heroína sentimental.

Pero el feminismo propiamente tal vino con el siglo 20 y las sufragistas, pro voto femenino. Mrs. Pankhurst y su hija Christabel fundaron en 1906 la Unión Femenina Social y Política. Y en el movimiento pro derechos civiles de EEUU, Betty Friedan tuvo una posición radical con “NOW”, Nacional Organisation of Women. Buscó superar lo que llamaba la barrera simbólica de una sociedad patriarcal que, decía, valoraba más lo masculino que lo femenino. En esa línea de deconstrucción de símbolos escribieron también los pensadores Michel Foucault y Jacques Derrida, todos cercanos al socialismo.

Conseguidas metas básicas de trato y voto, el tema se mantiene controvertido porque, como  hay menos mujeres que hombres con dedicación completa al ámbito profesional y político, se pretende lograr la paridad vía discriminación positiva, lo que no enaltece a las  mujeres ni permite que los mejores, sin distinción, lleguen a los cargos claves del país. Es muy delicado  imponer por métodos legales o administrativos  lo que se estima virtuoso.

Pero si hay un punto que el feminismo radical suele descuidar es el rol fundamental e insustituible de las mujeres como madres. Hoy no hay  nada más complicado para el mundo occidental que la baja natalidad y la necesidad de las mujeres de postergar la maternidad o eliminarla, para mantenerse vigentes igual que los hombres en la profesión.

Por eso, logrados los derechos básicos, la tendencia sociológica  de las mujeres (y de los hombres) debiera ir hacia la diferenciación en vez de la igualdad. Es de interés de la sociedad toda que nazcan niños. Y que haya tiempo para quererlos. Permitir que la mujer pueda trabajar en forma diferente, flexible, sin abandonar su fin más propio, es la manera más civilizada, respetuosa y elevada de resolver un tema que no es económico sino profundamente filosófico, pues apunta a la clase de sociedad que se quiere construir.

                        

“CHINDIA” – La esperanza en medio de la turbulencia

En momentos de gran inestabilidad financiera y bursátil, es importante recordar que el mundo vive el mayor cambio económico desde que en Occidente se inició la revolución industrial. El extraordinario momento histórico se debe al surgimiento de China e India, y muchos se preguntan si esos dos gigantes emergentes podrán ayudar a sostener el crecimiento mundial.

El año el 2020 India y China tendrán un 40% de la población mundial, un PGB de 6,3 trillones de dólares y  consumirán el 50% de los recursos naturales (hoy el 30%). En lo que interesa a Chile, China demandará 20 millones de toneladas de cobre (Chile produce poco más de 5 millones al año), y será enorme el aumento de sus requerimientos de madera,  celulosa y productos agro-alimentarios. 

Para Chile, cuya base exportadora es de materias primas minerales y agrícolas, el desarrollo de China e India es la noticia más trascendente para su futuro económico desde la transformación del modelo hacia una economía abierta en los años 70 y 80. Y una oportunidad única para maximizar exportaciones, y con esos ingresos  mejorar por fin la educación, la capacitación y el acceso a tecnologías para desarrollar el sector servicios con chilenos calificados.

Pero volviendo a China e India,  ambos viven  hoy lo que el mundo occidental experimentó hace varios siglos: apertura comercial  y un sistema basado en la libre competencia y la propiedad privada. Apertura y propiedad son la esencia del cambio, y así lo entendió Deng Xiaoping, el hombre más importante de la China moderna, cuando empezó a revertir el comunismo de Mao a principio de los 80. La India tuvo un estatismo socialista más suave y benevolente implantado por Nehru, pero ambos países, como consecuencia, vivieron eternas hambrunas y pobreza. Al cambiar el modelo, están generando no sólo una masiva economía de mano de obra barata, sino polos de alta tecnología. Vivirán brotes de descontento por las diferencias sociales que al principio se producen, tal como ocurrió en Europa, y nuevos movimientos socialistas.  Pero el ascenso de una clase media que hasta ahora era casi inexistente, y el hecho que 1.300 millones de chinos y mil 100 millones de indios experimenten una movilidad social de la pobreza a esa clase media, es sin duda una de las grandes transformaciones de la humanidad. 

Por eso, cuando hoy los mercados financieros y bursátiles están sacudidos por altibajos,  los ojos del mundo observan a “Chindia”,  la influencia de China e India. Si bien cada uno ha tenido una historia y una evolución  muy diferente, el resultado es una apertura comercial que está cambiando el mapa político y económico del siglo XXI.

El mapa de Alan

Durante su primer mandato como presidente de Perú (1986-90), Alan García nunca se opuso a los Tratados de delimitación marítima con Chile. Y nunca habló de trazar un nuevo mapa. Esa presidencia de García podrá ser recordada por el descontento social, por la hiperinflación de 7.483%, por dejar a su país en la bancarrota, o por haber sido él mismo acusado de millonaria corrupción, pero nadie podría decir que durante su gobierno Perú dejó de usar  las aguas del Pacífico en la forma en que lo estipulan esos acuerdos tripartitos que también firmó Ecuador. 

Por eso, cuando un presidente reconoce un Tratado, y luego en su segundo gobierno desconoce  el mismo documento, actúa con una falta de seriedad enorme.

Esa falta de seriedad le podría jugar en contra a Perú en momentos en que hace esfuerzos por atraer inversionistas y lograr  acuerdos de libre comercio estratégicos como el que está por firmar con EEUU. La inestabilidad social (endémica en Perú) y la falta de seriedad internacional (por el irrespeto a Tratados firmados y ratificados) son puntos en contra.  La comunidad financiera tomará nota de que mediante un decreto, el presidente de Perú pretende modificar unilateralmente la cartografía que establece el límite marítimo con Chile, acordado en los tratados de 1952 y 1954, corroborado y señalizado en los acuerdos de 1968 y 1969, y ratificado por una práctica sostenida de ambas partes por más de cinco décadas.

Si Perú puede lo más (desconocer un Tratado limítrofe) podría lo menos (desconocer cualquier acuerdo comercial).

El presidente García fue elegido en junio del 2006 con 52,6% de los votos, hoy tiene un 35%. Su antecesor Alejandro Toledo cuestionó el límite marítimo cuando bajó su popularidad, y García tiene fuerte oposición de Ollanta Humala y otros sectores. Además, la cancillería peruana siempre organiza una ofensiva antichilena cuando las autoridades de Santiago conversan con las de Bolivia, no quiere acercamientos chileno-bolivianos. Y complica así, de un plumazo, la estrategia que se venía desarrollando entre Chile y Perú, consistente en encapsular los asuntos limítrofes para avanzar en muchas otras materias en beneficio de sus pueblos, como la ayuda chilena en estos momentos en que los peruanos están sufriendo los efectos de un fuerte terremoto.  

Tamaña iniciativa nacionalista peruana viola el Derecho Internacional, que estipula que los límites entre Estados  sólo pueden ser establecidos por acuerdo entre las partes o por un tribunal internacional. Y lesiona el principio de la estabilidad de las fronteras, y el de la intangibilidad de los tratados. Sin esos principios, ningún país puede vivir en paz.

A Chile sólo le cabe ser firme en lo jurídico, paciente en lo político, y atento en lo naval, para impedir que algún buque vecino pretenda concretar en la práctica, lo que su mandatario dibuja en el papel.

Curriculum

KARIN EBENSPERGER AHRENS

-Durante 25 años comentarista internacional en el noticiario central, “Tele 13”, Canal 13-TV,Santiago de Chile. (1980-2005)
-Desde 2005 columnista del diario El Mercurio, Santiago.
-Es analista internacional de Libertd y Desarrollo (LyD), centro de estudios que promueve los principios de una sociedad libre.

-Estudió Periodismo y  Magister en Ciencia Política en la Universidad Católica de Chile.
-Realizó curso de periodismo político, en The Media Institute, Washington D.C., EEUU.
-Profesora del curso “Política Mundial”, Facultad de Derecho, Universidad Católica.
-Profesora del curso “Globalización Política”, Escuela de Gobierno, Universidad Adolfo Ibáñez.
-Premio Consejo Mundial de Educación (World Council For Curriculum and Instruction) por “Contribucion a la Paz Mundial y Comprension entre los Pueblos” en 1992.
-Ha dado conferencias en Argentina (CARI), Alemania y Gran Bretaña sobre relaciones internacionales. Ha sido conferencista de post-grado en la Universidad Católica de Chile y en la  Universidad Adolfo Ibáñez.
-Ha entrevistado al ex pdte. de Rusia Mijail Gorbachov, a Henry Kissinger, a la ex Primera Ministra Margaret Thatcher y a diversos presidentes de Latinoamérica.
-Realizó ciclo de reportajes en Rusia (ex URSS) durante caída de Mijail Gorbachov y llegada al poder de Boris Yeltsin.
-Invitada por el presidente de Chile,  Eduardo Frei,  en la comitiva oficial durante su viaje a Alemania y Polonia, entrevista a los jefes de gobierno de ambas naciones.
-Invitada por el presidente de Chile, Ricardo Lagos,  en la comitiva oficial durante su entrevista en Washington con el presidente George Bush , y a Nueva York con el Secretario General de la ONU, Kofi Annan.
-Invitada por el Foreign Office de Gran Bretaña para visitas políticas.
-Invitada por el gobierno de Alemania para visitas políticas.
-Invitada por el Departamento de Estado de EEUU para profundizar conocimientos sobre el funcionamiento del Congreso y el Ejecutivo en Washington (entrevistó a diversos senadores de EEUU, entre ellos Edward Kennedy).
-Invitada por el gobierno de Sudáfrica para visita oficial a ese país.

-Datos Personales Anexos:
Casada y madre de 5 hijos : Marlén Eguiguren Ebensperger (periodista de la Universidad Católica, UC, editora de economía de CNN-Chile, comentarista económica radio Duna 89.7) , Sergio Eguiguren Ebensperger (Abogado UC, Estudio Aninat Schwenke & Cía.), las mellizas Alejandra Eguiguren Ebensperger (Arquitecta, UC, Estudio Sabbagh Arquitectos)  y Barbara Eguiguren Ebensperger (Economista, UC, y  Magister en Economía, UC, desde mayo 2010 trabaja en el Departamento de Macroeconomía del Ministerio de Hacienda, Chile) , y Sofía Eguiguren Ebensperger (Agrónoma, U. Mayor).
Tiene tres nietos.
En su época de estudiante fue seleccionada de Chile en atletismo, en 100 metros con vallas, y representó a Chile en el Sudamericano de Atletismo de Paraguay.
Es categoría Honor en tenis. Aficionada a los caballos, compitió en salto ecuestre en diversos campeonatos representando al Club de Polo y Equitación San Cristóbal.
Es hija de Jorge Ebensperger Grassau y Marlene Ahrens, vicecampeona Olímpica, Melbourne 1956.