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EEUU y China diseñan el siglo XXI

Se inició un diálogo entre China y EEUU que podría tener consecuencias políticas gravitantes, porque ambas potencias parecen tener  voluntad y decisión de diseñar  el mundo según sus intereses. En la reunión sobre los principales asuntos económicos y estratégicos en Washington, el presidente Barack Obama expresó: “Las relaciones entre China y EEUU determinarán el siglo XXI”.

Es muy interesante que dos núcleos de poder tan enormes y distintos en su esencia, estén en una actitud de cooperación. Aún está muy cercana la época en que el mundo era bipolar, en una confrontación titánica entre la ex Unión Soviética y EEUU.  Por eso es loable que los presidentes Barak Obama y Hu Jintao decidan crear un foro permanente, para tratar asuntos como la proliferación nuclear, el terrorismo, el cambio climático o la crisis financiera.  Hemos mencionado muchas veces en estas columnas que los problemas que enfrenta hoy la humanidad son de tal magnitud, que requieren una colaboración razonable de quienes ostentan el poder y los recursos  principales.

Lo destacable es la actitud política, la consciencia manifiesta de tratar de buscar esa  cooperación. Porque en la práctica existe una feroz competencia  por los mercados y por lograr una hegemonía militar.  EEUU quiere influencia en Asia, China aumenta la suya en África y Latinoamérica, y ambos tienen regímenes tan distintos como pueden ser una longeva democracia y un partido totalitario, aunque este último se haya abierto a la economía de mercado. En rigor, Washington y Beijing se analizan mutuamente con suspicacia, principalmente porque la falta de garantías y derechos personales en China son muy criticados en EEUU, lo que es percibido por la dirigencia de Beijing como una ingerencia en sus asuntos internos. Las recientes y trágicas protestas étnicas en la provincia de Xinjiang  son un ejemplo de la complejidad china.

La economía es tema fundamental. Beijing es el principal financista de la deuda norteamericana a través de la compra de bonos, y EEUU pretende un mejor acceso al mercado chino a medida que aumenta el consumo en ese país. Se necesitan mutuamente. También requieren lazos de entendimiento en el campo militar, para evitar tensiones entre dos potencias que reúnen gran parte del arsenal mundial, y para hacer frente a las redes terroristas.

Así como el viaje del presidente Nixon a China en  1972 y su reunión con Mao Zedong fue un momento decisivo en la historia de la guerra fría del siglo XX,  hoy la voluntad de entendimiento entre Washington y Beijing es mirada también con gran alivio. La peor noticia sería el inicio de una segunda guerra fría, aunque sólo fuera en el ámbito comercial. La voluntad de cooperación entre esos dos gigantes –si prospera-  será clave para la estabilidad política y económica mundial.